Según estudios recientes, estos dos síndromes estarían relacionados
El síndrome del Impostor, la sensación persistente que no estás cualificado para estar donde estás y sólo es cuestión de tiempo que alguien te exponga com un fraude, es un campo de investigación científica bien establecido. Descrito por primera vez en 1978, el término se popularizó después de la publicación en 1985 del libro The Impostor Phenomenon, de Pauline Rose Clance. Igualmente, el síndrome de burnout, o de estar quemado, es el resultado del estrés laboral crónico que no se ha gestionado correctamente, és un término de la misma época: Herbert Freudenberger describe el impacto del Burnout en su libro publicado en el año 1974, Burnout: The High Cost of High Achievement.
El neurocientífico cognitivo, el Dr. Sahar Yousef, de la Haas School of Business de la Universidad de Berkeley, explica que estas dos condiciones, sorprendentemente, cada vez más se dan de forma simultánea en trabajadores más jóvenes. Esta conexión también se ve reflejada a la Anatomy Work Index de Asana que analiza los hábitos de trabajo de más de 10.000 empleados.
La salud mental de los Millenials y la Generación Z
Generalmente, el síndrome del impostor aparece cuando se está experimentando algo nuevo en el ámbito del trabajo y, en cambio, el burnout se presenta hacia la mitad o el final de las carreras profesionales. Un estudio refleja que la media de edad de los que padecen el burnout es de 32 años (los miembros más viejos de la Generación Z cuentan actualmente con 25 años de edad).
Según explica el Dr. Yousef, para combatir los dos síndromes lo ideal sería que los jefes de las empresas exhibieran comportamientos que quedaran establecidos como norma en el puesto de trabajo. Se suele decir que el director no tendría que ser el último de abandonar la oficina cada noche si no queremos tener la certeza que padecerá burnout. Pero cuando no trabajas en la oficina cinco días a la semana, es más probable que aparezcan señales del síndrome del impostor y de que estás "quemado", porque es menos obvio cuando todo el mundo empieza y acaba de trabajar.
En el caso de los Estados Unidos, el 37% de los trabajadores norteamericanos afirman que el inicio y el final de sus jornadas de trabajo no es claro, potencialmente a causa de la carencia de límites definidos alrededor del hecho de trabajar desde casa.
Una manera de paliar los efectos del burnout en los trabajadores es proponérles tres tipos de breaks o descansos mientras estan trabajando
- macro breaks: se realizan mensualmente y la actividad de "desconexión" del trabajo puede durar un día entero. Un buen ejemplo seria organizar una excursión o una salida en bicicleta.
- meso breaks: se realizan semanalmente y pueden ser un descanso de una hora o dos preparando, por ejemplo, una comida especial o tomando clases de música.
- micro breaks: se realizan varias veces en el día y pueden consistir en una caminata corta o una breve meditación.
Según el Anatomy of Work Índex, el 80% de los trabajadores del conocimiento de todo el mundo se enfrentan en algun momento al síndrome del impostor y al burnout.